Con un emotivo acto institucional, este viernes la Universidad de San Pablo-T dejó inaugurada la primera etapa de recuperación de la emblemática ex Fábrica de Azúcar del Ingenio San Pablo, que ahora funcionará como un moderno complejo académico y administrativo. El proyecto marca un nuevo avance en el plan educativo iniciado por la casa de altos estudios hace 27 años.
Durante la ceremonia, la fundadora de la universidad, Dra. Catalina Lonac, expresó con firmeza: “Vamos a ser un faro de conocimiento en Latinoamérica”. En sus palabras, evocó al Papa Francisco para destacar una concepción integral de la educación: “Mi universidad forma personas, no eruditos. La educación no es solo con la mente, también es con el corazón y con las manos”.
El acto contó con la presencia del rector de la institución, Dr. Ramiro Albarracín; el tesorero de la Fundación para el Desarrollo, Jorge Alberto Rocchia Ferro; y la secretaria de la misma entidad, Mg. Catalina Rocchia Ferro. También asistieron el ministro de Salud de Tucumán, Luis Medina Ruiz; el diputado nacional Agustín Fernández; el delegado comunal de San Pablo, Miguel González; y el obispo auxiliar Roberto Ferrari, junto a representantes de la Mesa de Diálogo Interreligioso.
Una historia que renace
La nave industrial, construida en la década de 1880 para albergar la maquinaria del Ingenio San Pablo, cobra nueva vida más de 140 años después, esta vez como centro de producción de conocimiento.
Esta primera etapa abarca 1.350 metros cuadrados. En planta baja se habilitaron cuatro aulas, oficinas administrativas y sanitarios (940 m²), mientras que el primer piso cuenta con dos aulas adicionales (315 m²) y en el subsuelo se destinó un área de archivo (70 m²). Las futuras etapas incluirán nuevos espacios para laboratorios, aulas, oficinas y sectores tecnológicos.
“Este edificio histórico de la industria azucarera ahora proyecta un nuevo tipo de industria: la del conocimiento”, afirmó el rector Albarracín al iniciar el acto. En su discurso destacó la complejidad técnica del proyecto, que implicó una verdadera “arqueología arquitectónica”. Reconoció especialmente a los arquitectos Carlos y Mariana Feretti y al Vicerrector Matías Rohmer, encargados del proceso de restauración y refuncionalización.
Educación con propósito
Lonac recordó con emoción los inicios de la universidad y el sueño que impulsó su creación. “Comenzamos con solo cuatro carreras, hoy tenemos 40. Hemos crecido con esfuerzo, con un compromiso firme de devolverle a Tucumán todo lo que nos dio. Esta universidad es nuestro legado”, aseguró.
Además, hizo hincapié en la importancia de mantener a los estudiantes cerca de su entorno familiar durante su formación universitaria. “Las mejores universidades del mundo no están en las capitales. Y aquí, en Tucumán, tenemos todo lo necesario. No hay nada que buscar fuera”, afirmó.
También anunció que la carrera de Kinesiología comenzará el 5 de mayo y que se construirá una sala de kinesiología en el Hospital de San Pablo, que funcionará como hospital escuela y brindará servicios a la comunidad del sur provincial.
Una alianza estratégica
Lonac instó a reforzar la articulación entre lo público, lo privado y el ámbito académico. “El mundo entero entendió que esa es la clave del progreso, y Tucumán está empezando a comprenderlo. Solo trabajando juntos podremos alcanzar grandes objetivos”.
Por su parte, el ministro de Salud, Luis Medina Ruiz, subrayó la importancia de formar profesionales en ciencias de la salud. “Formar personas ya es valioso, pero hacerlo en el ámbito de la salud es aún más trascendente, porque implica ayudar a quienes más lo necesitan. Esta universidad tiene el potencial de cambiar la historia”, expresó.
Próximas etapas del proyecto
Luego de esta primera fase, el plan de remodelación continuará con una segunda etapa que sumará 315 m² en el primer piso (ala este), con dos aulas, un sector sanitario y oficinas. También se concluirán cuatro aulas en el tercer piso (ala oeste). En la tercera etapa se ejecutarán 1.500 m² adicionales en planta baja —con nuevas aulas, sanitarios y sala informática— y 750 m² en el primer piso, destinados a laboratorios y espacios con funciones diversas.
El proyecto de recuperación estuvo a cargo de los arquitectos Carlos y Mariana Feretti, y Matías Rohmer Lizman, especialistas en restauración patrimonial.
Cierre simbólico
El acto concluyó con el descubrimiento de placas conmemorativas y el tradicional corte de cintas. Previamente, los representantes de la Mesa de Diálogo Interreligioso de Tucumán realizaron una bendición del edificio, como símbolo de unidad, respeto y compromiso con la educación.
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