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UNA TRADICIÓN QUE NO SE NEGOCIA

La carne vacuna recupera terreno en la mesa de los argentinos

El consumo de carne bovina en Argentina creció un 5,6% en el último año, superando los 50 kilos por habitante, impulsado por una mayor oferta interna y la preferencia cultural. Aunque los precios subieron por encima de la inflación, el consumo total de carnes alcanzó los 114,06 kilos per cápita, con incrementos en pollo y cerdo. La estabilidad en la faena y la leve recuperación del poder adquisitivo explican esta tendencia, mientras el sector espera precios estables en los próximos meses.

Por Tendencia de noticias

13 ago, 2025 12:20 p. m. Actualizado: 13 ago, 2025 12:20 p. m. AR
La carne vacuna recupera terreno en la mesa de los argentinos

En Argentina, la carne vacuna recuperó protagonismo en la dieta nacional, alcanzando un consumo promedio de 50 kilos por habitante en los últimos doce meses hasta junio de 2025, un 5,6% más que en el mismo período de 2024, según datos de la Secretaría de Agricultura. Este repunte se enmarca en un aumento general del consumo de carnes, que incluye bovina, aviar y porcina, totalizando 114,06 kilos por persona, un 4,6% más que el año anterior. La carne porcina registró un consumo de 17,92 kilos (un alza del 7,7%), mientras que la aviar alcanzó los 45,90 kilos (un incremento del 2,4%).


El consultor Víctor Tonelli destacó la resiliencia del consumo cárnico pese a las dificultades económicas: “Aunque cueste creerlo, hubo recuperación del poder adquisitivo. Hay un núcleo duro de carnívoros que siguen pagando por la carne”. Además, señaló que “se ha mantenido la inflación si lo mirás anualmente. Es complejo de entender que cuando se escucha hablar de una situación ajustada en el poder adquisitivo, por ahí dejan de consumir otras cosas pero con la carne hay una demanda sostenida”.


La oferta interna de carne vacuna se fortaleció debido a una caída del 16% en las exportaciones entre enero y junio de 2025, combinada con una faena sostenida. En julio, la faena de vacunos alcanzó 1.244.608 cabezas, un 10% más que en junio, con incrementos destacados en novillitos (12%) y vaquillonas (13%), categorías orientadas al mercado interno. En el acumulado de los primeros siete meses del año, la faena se mantuvo estable con 7,8 millones de cabezas, prácticamente sin cambios respecto a 2024.


Líderes mundiales


Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA) y vocal del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), atribuyó este crecimiento a la arraigada preferencia cultural por la carne bovina: “Más allá de que pollo y cerdo se incorporaron a la dieta, la carne vacuna sigue siendo la preferida. Cuando hay una pequeña recuperación del poder adquisitivo, uno de los primeros gustos que la gente se da es en el alimento, y en Argentina ese alimento es la carne vacuna”. Urcía también celebró el hito: “Superar los 50 kilos de consumo por habitante es para celebrar. El techo de consumo está ahí. Si bajáramos a 45 kilos, que es un 10% menos, seguiríamos siendo líderes mundiales y estaría dentro de un piso saludable para el sector”.


En términos de precios, los cortes vacunos subieron un 1,3% en julio respecto a junio, según el IPCVA. Los mayores aumentos se registraron en la falda (3,1%), la picada común y la carnaza común (2,9%), y el peceto (2,6%). Por el contrario, el matambre (-1,5%), el asado de tira (-0,13%) y el cuadril (-0,12%) experimentaron bajas. En lo que va de 2025, los precios de la carne acumulan un aumento del 31,2%, superando ampliamente la inflación general del 15% reportada por el INDEC hasta junio. En la comparación interanual, el incremento fue del 58,2%, tras subas significativas en febrero (10%), marzo (7%) y abril (4%), que compensaron el atraso previo en los valores al consumidor.


Otras opciones


Urcía subrayó la conexión cultural con este alimento: “Cuando la gente tiene un manguito más, prefiere gastarlo en un asado con amigos”. Esta preferencia explica por qué, a pesar de las alzas de precios, el consumo de carne bovina no decae. Históricamente, el consumo per cápita fue mucho mayor: 82 kilos en los años 60, 78 kilos en los 80, 70 kilos en los 90, 57 kilos en 2010, y un mínimo histórico de 42 kilos en 2024, afectado por la pandemia y la crisis económica.


En cuanto a otras proteínas, el pollo fresco aumentó un 4,4% en julio, acumulando un 25% en 2025, mientras que el pechito de cerdo bajó un 0,4% en el mes, con un alza anual del 8%. Esto refleja el fuerte crecimiento del consumo de carne porcina, que se consolida como una opción relevante en la dieta argentina.


De cara al futuro, el sector anticipa estabilidad en los precios de los cortes de consumo para agosto, septiembre y octubre. Sin embargo, el novillo podría experimentar variaciones debido a una mayor demanda exportadora, favorecida por la mejora del tipo de cambio y la reducción de 1,7 puntos porcentuales en las retenciones, anunciada por el gobierno. Esta combinación de factores sugiere que la carne vacuna seguirá siendo un pilar en la mesa de los argentinos, respaldada por una oferta estable y una demanda culturalmente arraigada.

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