El tucumano Ricardo Arriazu, socio fundador de Arriazu Macroanalistas y uno de los economistas más escuchados por el presidente Javier Milei, expuso sus perspectivas sobre la situación económica actual y el futuro del país durante la séptima edición del AmCham Summit 2025.
Arriazu destacó los avances iniciales del gobierno, pero advirtió sobre el escepticismo internacional debido al historial de crisis del país. El economista comenzó su disertación expresando su sorpresa ante la implementación de una doble ancla fiscal y cambiaria y la determinación de eliminar el déficit fiscal.
Subrayó el esfuerzo del gobierno por romper la indexación y evitar aumentos salariales por encima de la productividad, además de la significativa reducción de USD 16.000 millones en deuda pública y por importaciones. Estos pasos, según el economista, marcan el inicio de reformas estructurales necesarias.
Por sectores
Pronosticó que el país puede volverse “caro” y que es probable que haya una transición de destrucción a creación, como consecuencia del desarrollo de distintos sectores.“Si hacemos todo eso, las exportaciones se van a duplicar y la Argentina se va a convertir un país caro”, concluyó Arriazu. Esta frase suya pertenece al final de su disertación.
Arriazu analizó a cuatro sectores de la economía: el campo, la construcción, la energía y la minería.
“Cuando el campo recibe el precio relativo adecuado, el campo reacciona aumentando la superficie y la productividad. Y para eso se necesita eliminar las retenciones y bajar el precio de los insumos a export parity en lugar de import parity”, expresó.
Luego siguió con la construcción, un sector cuyo éxito vinculó a la expansión del crédito.“La inflación destruye el mercado de crédito y hay 4 millones de necesidad de vivienda y una necesidad muy grande de infraestructura”, indicó.
Por lo tanto, si el crédito hipotecario continuara su crecimiento, acompañado por un proceso desinflacionario, la construcción gozaría de buenas perspectivas.“Tenemos la mejor roca del mundo”, sostuvo Arriazu para introducir al sector energético. Se mostró muy seguro al calcular un posible saldo favorable de US$30.000 millones o US$32.000 millones de balanza energética.
Y a la minería la describió como un sector que necesita “mucho dinero, mucha confianza y mucho tiempo”. Pese a eso, Arriazu consideró que “hacia 2030 ya deberíamos estar exportando”.
No caer en los mismos errores
En su exposición, Arriazu evaluó que el programa libertario tiene hoy un 50% de probabilidades de éxito, gracias al acuerdo con el FMI y al respaldo de Estados Unidos. Sin embargo, advirtió que el proceso de transformación económica podría dejar “bolsones de pobreza y descontento” si no se gestionan adecuadamente los desequilibrios sociales.
El especialista remarcó que la desconfianza histórica hacia la Argentina es una barrera clave para atraer inversión. “El mundo está de acuerdo con lo que se está haciendo, pero se pregunta cómo saber que no vamos a volver a repetir el pasado”, expresó.
El economista enfatizó que el verdadero crecimiento, más allá de un simple rebote, “requiere la restauración de equilibrios macroeconómicos, la eliminación de la inflación, el fortalecimiento institucional y el incentivo al sector privado para abrirse al mundo. Reconoció que si bien Argentina se encuentra en una etapa de “rebote”, los primeros pasos hacia estos objetivos ya se están dando.
Arriazu defendió la decisión de una apertura gradual del cepo cambiario, argumentando que una liberación abrupta con reservas negativas y una cuantiosa deuda de importaciones habría conducido a una hiperinflación automática. Aunque “odia el cepo”, enfatizó que las consecuencias sociales de retirarlo prematuramente son mucho peores.
Cuestión política
A su vez, identificó a las crisis de balanza de pago como uno de los principales impedimentos para el crecimiento de la economía argentina. Sin ellas, en los últimos 40 años el país habría duplicado su tasa de expansión.Entonces, Arriazu dijo que encontró dos maneras para evitarlas: “Para no tener crisis de balanza de pago no hay que gastar de más ni hay que emitir de más”. Es decir, cuestiones que el Gobierno aborda, aunque no siempre lo hizo.“La Argentina es el país que siempre pierde las oportunidades.
Lo que es distinto claramente es la parte fiscal. No es un ministro que convence a un Presidente. Esta vez es el Presidente que, si el ministro no lo hace, lo echa”, comentó como respuesta a la pregunta de "¿por qué esta vez es diferente?" Se trata de economía, pero, según Arriazu, también “es un tema político”.