
Fortaleza dio un paso clave en su lucha por mantener la categoría y lo hizo con sello tucumano. José María Herrera firmó una de sus mejores noches desde su llegada al fútbol brasileño: primero asistió con un pase bajo milimétrico y luego selló la victoria con una definición exquisita, picándola sobre el arquero para desatar la locura en el estadio. El 2-1 ante Corinthians no solo significó tres puntos: le permitió al equipo de Martín Palermo abandonar la zona roja en la recta final del Brasileirao.
El elenco cearense golpeó rápido con el tanto de Tomás Pochettino, pero el protagonismo quedó en manos de Herrera, que apareció constante por las bandas y se transformó en el jugador más desequilibrante de la noche. Su asistencia abrió el camino y su golazo, a los 12 minutos del complemento, pareció encaminar una noche tranquila hasta que el visitante descontó. Aun así, Fortaleza supo sostener la ventaja en un clima cargado de tensión y aliento.

Con este triunfo, el "León" estiró a nueve su racha de partidos sin derrotas, una seguidilla impensada semanas atrás, cuando el equipo parecía condenado a pelear hasta el final por la permanencia. La reconstrucción de la mano de Palermo comienza a tomar una forma inesperada y, de cara a la jornada decisiva, el plantel llega con la confianza en alza y la ilusión intacta de meterse incluso en la próxima Copa Sudamericana.
La combinación de resultados ajenos también jugó a favor: las derrotas de Internacional y Vitória dejaron a Fortaleza un punto por encima de la zona de descenso, con 43 unidades y todo por definirse en la última fecha. El cierre será frente a Botafogo, en Río de Janeiro, un rival que pelea por asegurarse un lugar en la Libertadores. Pero con un Herrera en un nivel brillante y un equipo que encontró identidad, la esperanza de mantener la categoría —y soñar un poco más— sigue firme.
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