
Noticias Argentinas difundió que en el Mes de Concientización sobre el Cáncer de Mama, un estudio reveló el complejo recorrido y las barreras estructurales que deben enfrentar las personas con esta enfermedad en Argentina, tanto para llegar al diagnóstico como para acceder a los tratamientos. Los datos evidencian dificultades geográficas, económicas, de cobertura, administrativas y culturales.
La Fundación Donde Quiero Estar (FDQE) presentó los resultados del estudio Mapeo de personas con cáncer (MAPEC), una iniciativa pionera que relevó la experiencia de 153 personas con diagnóstico oncológico en cuatro jurisdicciones argentinas: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Misiones y Tierra del Fuego. De ellas, 61 personas tenían cáncer de mama (40% de la muestra), lo que permitió un análisis detallado sobre cómo viven la enfermedad y qué barreras enfrentan.
Uno de los hallazgos más preocupantes fue la demora en el inicio del tratamiento: en promedio, las pacientes con cáncer de mama esperaron 125 días desde la primera consulta hasta el comienzo de la terapia. Esta cifra es especialmente alarmante, ya que la detección temprana y el tratamiento oportuno son fundamentales para mejorar el pronóstico.
Según estimaciones internacionales, en Argentina se diagnostican anualmente cerca de 22 mil nuevos casos de cáncer de mama, lo que representa aproximadamente el 17% del total de los 130 mil tumores detectados cada año en ambos sexos.
En cuanto al acceso a la medicación, el 49% de las pacientes recibió los fármacos a través del sistema público, el 29% mediante obras sociales o prepagas, y el 22% combinó fuentes públicas, privadas y comunitarias. Además, una de cada tres (37%) manifestó haber tenido dificultades para acceder a la medicación, mientras que el 14% la obtuvo gracias a donaciones.
También se observaron inequidades según el estadio de la enfermedad: el 54% de quienes estaban en estadios tempranos y el 44% de quienes transitaban por estadios avanzados reportaron barreras para acceder al tratamiento. Entre los principales problemas se identificaron demoras en turnos, trabas burocráticas, costos asociados y fallas en la derivación. Esto demuestra que los obstáculos en el sistema de salud afectan transversalmente a las pacientes, sin importar la gravedad clínica.
Vicky Viel Temperley, fundadora de la Fundación Donde Quiero Estar, explicó que el objetivo del estudio fue escuchar a las personas que viven con cáncer y conocer en detalle qué sucede desde que detectan un síntoma hasta que acceden a un tratamiento. Para ello, resaltó la importancia de generar evidencia propia, rigurosa y centrada en la perspectiva de los pacientes.
Respecto al motivo de la primera consulta, el 46% de las pacientes indicó haber asistido al médico tras detectar un bulto mediante autoexamen; más de una de cada tres (38%) lo hizo tras estudios de rutina; el 15% por la aparición de síntomas, y el 2% por otras razones.
La doctora Verónica Baró, jefa del servicio de Oncología de la Clínica San Jorge, en Ushuaia (Tierra del Fuego), destacó la necesidad de seguir trabajando en la promoción de la salud y de llegar con el mensaje a todas las mujeres del país. Enfatizó que la mamografía es el método que puede detectar cambios en la mama antes de que aparezcan síntomas, lo que aumenta las chances de un diagnóstico precoz. “Sabemos que no hay una vacuna para el cáncer de mama, pero sí contamos con la mamografía para detectarlo precozmente”, señaló.
Baró también subrayó que, cuanto más temprano es el diagnóstico, mayores son las posibilidades de cura, con tratamientos menos invasivos, menos tóxicos y, además, con menores costos para el sistema de salud. Afirmó que todos los actores implicados en el sistema deben actuar para mejorar estas estadísticas.
Entre las principales barreras para acceder a la primera consulta, el 55% reportó dificultades para conseguir turnos; el 14% desestimó los síntomas; un 10% recibió un diagnóstico erróneo o tuvo complicaciones con el diagnóstico; otro 10% enfrentó trabas burocráticas o de cobertura, y el 7% señaló complicaciones para trasladarse a un centro de salud.
Asimismo, el 51% declaró haber tenido problemas para acceder al diagnóstico, entre los que destacaron dificultades para obtener turnos (37%), cuestiones burocráticas o de cobertura (40%) y la distancia hasta los centros de salud (20%).
Aldana Casati, coordinadora del estudio MAPEC en FDQE, explicó que el diseño de la muestra contempló de forma deliberada al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), región que concentra la mayor población del país, donde no se esperaban tantas dificultades de tipo geográfico. Por ello, se incluyeron también Misiones y Tierra del Fuego, donde las distancias para acceder a centros de salud y especialistas suelen generar obstáculos que impactan negativamente en los resultados del tratamiento.
El estudio mostró que cada paciente recibió en promedio 2,6 tratamientos. El 92% se sometió al menos a una cirugía, el 72% recibió radioterapia, el 64% quimioterapia y el 23% accedió a terapia hormonal. Además, el 57% recibió medicación oral y el 25% inyectable. Si bien este abanico terapéutico refleja avances médicos, también implica una carga física y emocional considerable para las pacientes.
En cuanto al acceso, el 37% de las mujeres reportó dificultades para obtener la primera medicación, citando demoras en la entrega (59%), autorizaciones y otras trabas burocráticas (36%) y problemas de disponibilidad (18%). Además, el 54% enfrentó complicaciones para acceder a los tratamientos posteriores, ya sea por demoras en la entrega de medicamentos (36%), cuestiones burocráticas o de cobertura (24%), distancia entre el hogar y el centro de salud (30%) o dificultades para conseguir turnos (12%).
El estudio combinó encuestas telefónicas realizadas entre julio y octubre de 2024 a personas mayores de 18 años, con diagnóstico y tratamiento iniciado en los últimos cinco años, y al menos seis meses previos a la encuesta. Participaron 153 personas con alguno de los tipos de cáncer más prevalentes: pulmón, colon o mama.
La distribución geográfica incluyó 47 participantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 63 de la provincia de Buenos Aires, 27 de Misiones, 15 de Tierra del Fuego y 1 sin domicilio especificado. La muestra estuvo compuesta por 127 mujeres (83%) y 26 hombres (17%). El cuestionario contenía 57 preguntas sobre acceso, diagnóstico, tratamiento, medicación y acompañamiento. Aunque no fue representativa, la muestra permitió identificar patrones relevantes y problemáticas comunes.
Casati, trabajadora social, destacó que entre las experiencias relatadas se detectaron factores que favorecen una mejor experiencia en el sistema, siendo el acompañamiento emocional y logístico clave. Muchas pacientes contaron con redes de apoyo familiar, institucional o comunitaria, que facilitaron gestiones, traslados y contención psicológica. Sin embargo, los traslados entre provincias para recibir tratamiento implicaron altos costos emocionales y económicos para varias de ellas.
Viel Temperley señaló que esta primera presentación de resultados permitió a la Fundación convertir los testimonios de pacientes, que acompañan a diario, en información valiosa para impulsar acciones concretas. Además, se generó un marco de diálogo donde se recordó a las personas que tienen derechos, que deben hacerlos valer, y que hoy en día se puede ser mucho más optimista que hace 10 o 15 años.
Finalmente, el estudio reveló que el 80% de las personas con cáncer de mama conocía el estadio de su enfermedad y el 85% sabía cuál era su subtipo, cifras que contrastan con lo observado en otros tipos de cáncer como el de pulmón o colon, donde predomina el desconocimiento. Este mayor nivel de alfabetización sanitaria podría estar vinculado a un mejor acceso a tratamientos, ya que quienes conocían su estadio o subtipo accedieron a más opciones terapéuticas y en menor tiempo.